G.I.K.-H. (Groupe Internationaler Komunisten - Holland), 1930
Introducción de Paul Mattick, 1970
Editorial Zero-Zyx, 1976
Este antiguo grupo consejista planteó que el proletariado revolucionario debe hacerse una idea exacta de la ordenación social que quiere poner en lugar del capitalismo. «No se puede retrasar más esta tarea, sosteniendo que la clase obrera victoriosa desarrollará fuerzas jamás imaginadas, una vez libre de sus cadenas. Esto es una incierta hipoteca sobre el futuro y además, fundamentalmente erróneo.» (p.170)
Bien podríamos decir que por momentos todo parece reducirse a una fórmula matemática: «el nudo de la cuestión de una revolución proletaria consiste en definir una relación exacta entre productor y producto, y esto sólo es posible realizando un cálculo generalizado del tiempo de trabajo.» (180)
Sin embargo, estamos frente a un importante documento histórico del proletariado revolucionario del cual hasta el día de hoy podemos partir para seguir reflexionando colectiva e internacionalmente, como dejamos constancia en las lecturas recomendadas.
«Y aunque los Principios fundamentales tratan de un estado social del futuro, constituyen al mismo tiempo un documento histórico que arroja luz sobre una etapa de las discusiones del pasado. Sus autores trataban las cuestiones de la socialización de hace más de medio siglo, y algunos de sus argumentos han perdido actualidad; con el tiempo los Principios fundamentales intervienen en la disputa, ya superada, entre los teóricos de la economía natural y los representantes de la economía de mercado, mostrando las posiciones equivocada de ambos.» (de la Introducción de Paul Mattick)
Sobre la cuestión de la transición la hemos abordado rápidamente en el apartado ¡Comunismo! en Cuadernos de Negación nro.12, donde además citábamos:
«Si después de una revolución se expropia a la burguesía pero los trabajadores siguen siendo trabajadores que producen en empresas separadas y dependen de su relación con su lugar de trabajo para subsistir y seguir intercambiando con otras empresas, entonces importa muy poco que ese intercambio sea “autoorganizado” por los trabajadores o sea dirigido de forma centralizada por un “Estado obrero”: el contenido capitalista seguirá ahí, y tarde o temprano el papel concreto o la función de capitalista se reafirmará. Por el contrario, la revolución como movimiento comunizador destruiría (dejando de constituir y de reproducirlas) todas las categorías capitalistas: el intercambio, el dinero, la mercancía, la existencia de empresas separadas, el Estado y –lo más fundamental de todo— el trabajo asalariado y la propia clase obrera.» (Endnotes, nro. 2, Comunización y teoría de la forma–valor)
«No tendríamos nada que objetar al concepto de transición si simplemente se refiriera a lo obvio: el comunismo no se alcanzará en un destello. Sin embargo, el concepto de transición implica mucho
más, y algo totalmente diferente: no se trata simplemente de un momento transitorio, sino de una sociedad transitoria establecida. (...) habrá una “transición” en el sentido que el comunismo no se logrará de la noche a la mañana. Pero no habrá un “período de transición” en sentido tradicional que lo usan los marxistas: un período que ya no es más capitalista pero que aún no es comunista, un período en que la clase trabajadora deberá seguir trabajando, pero nunca más por lucro propio o para el patrón, solo para sí misma: deberá desarrollar “las fuerzas productivas” (fábricas, bienes de consumo, etc.) antes de poder gozar del fruto completamente maduro de la industrialización. Este no es el programa de una revolución comunista.» (Troploin, Comunización)
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE UNA PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN COMUNISTA (descargar)
Nota de la editorial
Introducción
A manera de prólogo
Índice resumido
I. Pasar del comunismo de Estado a la asociación de productores libres e iguales
II. Los progresos en el planteamiento del problema
III. El proceso de reproducción en general
IV. El tiempo de producción socialmente medio como base de la producción
V. El tiempo de producción socialmente medio como base de la distribución
VI. El trabajo social general
VII. La distribución comunista
VIII. Producción a escala ampliada o acumulación
IX. La contabilidad social general como resumen ideal del proceso económico
X. La contabilidad social general como control del proceso económico
XI. El control de las empresas por TSG o empresas públicas
XII. El trabajo socialmente necesario y el tiempo de reproducción socialmente medio
XIII. La dictadura económica del proletariado y la contabilidad social general
XIV. La cuestión agraria y los campesinos
XV. Los campesinos y la revolución
XVI. La revolución agraria en Rusia y Hungría
XVII. El proletariado rural y los pequeños y medios campesinos en la revolución alemana
XVIII. Los campesinos bajo la dictadura proletaria
XIX. Conclusiones
- Lecturas recomendadas:
Karl Marx, "Crítica del Programa de Gotha" (Glosas marginales al programa del Partido Obrero Alemán, 1875)
Gilles Dauvé, Valor, tiempo de trabajo y comunismo: Una relectura de Marx (especialmente pero no solo: 5. Comunismo de consejos y tiempo de trabajo)
Jasper Bernes, El comunismo es un libro abierto. Jan Appel y la historia del comunismo de consejos y La autoeducación de Jan Appel. La comunización y su historia en Algunos relatos sobre la comunización
Angry Workers, Insurrección y producción puede pensarse como una iniciativa similar en la actualidad
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